EL CONEJO LADRONZUELO
Había una vez un conejo travieso al que le gustaban mucho las zanahorias.-
Cuando las veía, no podía resistir la tentación de comerlas, y fueran suyas o ajenas, se las comía.-
Cerca de su casa había una huerta con distintas verduras y frutas y con tiernísimas zanahorias!!!! No podía dejar de probarlas!!!!
Las veía crecer y cuando sus hojitas verdes asomaban…tin, tin, tin, tin, en puntita de patas entraba a la huerta y se hacia una panzada de zanahorias!...
Pero el hortelano (Que quiere decir: el señor que planta las hortalizas, que quiere decir las verduras para comer) estaba enojadísimo con el conejo, porque nunca podía comerlas él mismo, que era el que sembraba y regaba y cuidaba las plantas.-
Cansado de soportar tanta injusticia, resolvió comprar un perro grande, negro, con dientes grandes, con cara de malo y le ordenó que cuidara sus plantitas y no permitiera que ningún extraño: humano o conejo entrara a robarlas.-
El pobre hombre, otra vez, trabajó la tierra, sembró sus semillas
las regó, y esperó pacientemente a que volvieran a crecer.-
Mientras tanto, del otro lado de la valla, el conejo también esperaba.
Un día, el tamaño de las hojitas le anunció al conejo, que las zanahorias ya tenían la medida justa para estar dulces y tiernas como a él le gustaban.
Espió por atrás de un árbol para asegurarse de que el hortelano no estaba visible, y se aventuró a acercarse despacito para saborear esa delicia.- Pero, no vio al perro que también estaba agazapado; y de repente, se encontró con una mole grande y negra que corría a su encuentro ladrando furiosamente: Guau, Guau, ggrr!.-
Asustadísimo salió corriendo y pasó el alambrado que lo separaba de la calle, justo cuando su colita estaba a punto de ser atrapada por los dientes del mastin, y siguió y siguió hasta llegar a su cueva y poder esconderse.´
Mientras tanto, atraído por los ladridos de su perro; el dueño de las zanahorias, acariciaba a su perro y decía:” Ja, Ja, Ja!!! Ahora si, voy a poder comerme mi ensaladita de zanahorias!”
Y colorín colorado, este cuento a terminado.-
Había una vez un conejo travieso al que le gustaban mucho las zanahorias.-
Cuando las veía, no podía resistir la tentación de comerlas, y fueran suyas o ajenas, se las comía.-
Cerca de su casa había una huerta con distintas verduras y frutas y con tiernísimas zanahorias!!!! No podía dejar de probarlas!!!!
Las veía crecer y cuando sus hojitas verdes asomaban…tin, tin, tin, tin, en puntita de patas entraba a la huerta y se hacia una panzada de zanahorias!...
Pero el hortelano (Que quiere decir: el señor que planta las hortalizas, que quiere decir las verduras para comer) estaba enojadísimo con el conejo, porque nunca podía comerlas él mismo, que era el que sembraba y regaba y cuidaba las plantas.-
Cansado de soportar tanta injusticia, resolvió comprar un perro grande, negro, con dientes grandes, con cara de malo y le ordenó que cuidara sus plantitas y no permitiera que ningún extraño: humano o conejo entrara a robarlas.-
El pobre hombre, otra vez, trabajó la tierra, sembró sus semillas
las regó, y esperó pacientemente a que volvieran a crecer.-
Mientras tanto, del otro lado de la valla, el conejo también esperaba.
Un día, el tamaño de las hojitas le anunció al conejo, que las zanahorias ya tenían la medida justa para estar dulces y tiernas como a él le gustaban.
Espió por atrás de un árbol para asegurarse de que el hortelano no estaba visible, y se aventuró a acercarse despacito para saborear esa delicia.- Pero, no vio al perro que también estaba agazapado; y de repente, se encontró con una mole grande y negra que corría a su encuentro ladrando furiosamente: Guau, Guau, ggrr!.-
Asustadísimo salió corriendo y pasó el alambrado que lo separaba de la calle, justo cuando su colita estaba a punto de ser atrapada por los dientes del mastin, y siguió y siguió hasta llegar a su cueva y poder esconderse.´
Mientras tanto, atraído por los ladridos de su perro; el dueño de las zanahorias, acariciaba a su perro y decía:” Ja, Ja, Ja!!! Ahora si, voy a poder comerme mi ensaladita de zanahorias!”
Y colorín colorado, este cuento a terminado.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario